En una actuación que reafirma su condición de potencia en la Conferencia Nacional, los Detroit Lions vencieron con claridad a los Minnesota Vikings por 31-9, asegurando el primer lugar en la NFC y el descanso en la primera semana de los playoffs.
El gran protagonista de la tarde fue el corredor novato Jahmyr Gibbs, quien firmó una jornada histórica con cuatro touchdowns —tres por tierra y uno por aire—, igualando el récord de la franquicia para más anotaciones en un solo partido. Gibbs sumó 139 yardas por tierra en 23 acarreos y demostró por qué es una de las revelaciones de la temporada.
A pesar de sufrir dos intercepciones, Jared Goff tuvo un partido sólido, completando 27 de 33 pases para 231 yardas y un pase de anotación. La ofensiva de los Lions fue efectiva y constante, aprovechando cada oportunidad para ampliar la ventaja.
Del otro lado, los Vikings nunca encontraron su ritmo. Sam Darnold, llamado a reemplazar al lesionado Nick Mullens, tuvo una tarde complicada, completando solo 18 de 41 pases para 166 yardas y sin anotaciones. La única producción ofensiva de Minnesota fueron tres goles de campo del novato Will Reichard.
Con este triunfo, los Lions cierran la temporada regular con un impresionante récord de 15-2, el mejor de la conferencia, y se aseguran jugar en casa durante toda la postemporada. Los Vikings, con marca de 14-3, tendrán que visitar a los Rams en Los Ángeles en la ronda de comodines.
Además del impacto deportivo, el encuentro fue un fenómeno televisivo: con más de 28 millones de espectadores en promedio y un pico de 31 millones, se convirtió en el partido de temporada regular más visto desde 2012.
Los Lions tendrán ahora una semana para recuperarse y prepararse, con la mirada puesta en el objetivo mayor: alcanzar el Super Bowl por primera vez en su historia.
