Los blancos cumplieron con su obligación y certificaron su clasificación a los playoffs de la Euroliga con una victoria contundente sobre el Bayern de Múnich 93-71, en un Movistar Arena que vibró con cada canasta del equipo. El encuentro, correspondiente a la última jornada de la fase regular, dejó claro el dominio del conjunto dirigido por Chus Mateo, que necesitaba ganar para asegurar su lugar entre los ocho mejores del continente.
Desde el salto inicial, el Madrid mostró intensidad defensiva y una gran circulación ofensiva. El acierto exterior fue clave: Mario Hezonja, Serge Ibaka, Facundo Campazzo y Alberto Abalde brillaron desde el perímetro, castigando una y otra vez a la defensa bávara.
El equipo español impuso su ritmo desde el primer cuarto y ya al descanso gozaba de una ventaja cómoda 47-30. En la segunda mitad, el Bayern intentó reaccionar, reduciendo brevemente la desventaja, pero los blancos volvieron a apretar el acelerador y sentenciaron el partido en el último cuarto.
Con este triunfo, el Real Madrid se aseguró uno de los últimos billetes a cuartos de final, en una edición de la Euroliga más apretada que nunca. El conjunto blanco, actual campeón, defenderá su corona a partir de la próxima semana en una serie al mejor de cinco.
Además del resultado, el partido estuvo cargado de emoción por otro motivo: el capitán Sergio Llull fue homenajeado por alcanzar un récord histórico, al convertirse en el jugador con más partidos disputados en la historia de la Euroliga. El base celebró el hito con un triple en su primera intervención, como si el guion lo hubiese escrito el propio baloncesto.
El Real Madrid llega a los playoffs con el impulso anímico de esta victoria y el respaldo del Movistar Arena que volverá a ser clave en los desafíos que están por venir.
