El Real Madrid cerró la temporada de LaLiga 2024/25 con una sólida victoria por 2-0 sobre la Real Sociedad, en una noche cargada de sentimiento y homenaje en el estadio Santiago Bernabéu. Más allá del resultado, el partido quedó marcado por las emotivas despedidas de Luka Modrić y del técnico Carlo Ancelotti, dos figuras clave de una era reciente de éxitos para el club blanco.
Desde el pitazo inicial, el equipo merengue tomó el control del juego. El primer gol llegó al minuto 38, cuando Kylian Mbappé convirtió tras aprovechar el rebote de un penalti que él mismo ejecutó. El delantero francés, figura indiscutible del encuentro, selló el marcador con su segundo tanto en el minuto 83 tras una asistencia de Vinícius Jr. Con ese doblete, Mbappé aseguró además el título de máximo goleador del campeonato.
La Real Sociedad, que llegaba sin posibilidades de clasificar a competiciones europeas, no logró inquietar al conjunto local. Apenas generó una ocasión clara y finalizó el encuentro con un solo remate a puerta. El arquero Unai Marrero evitó una derrota más amplia gracias a varias atajadas destacadas.
Sin embargo, la verdadera esencia de la noche no estuvo solo en el marcador, sino en las emociones vividas. Luka Modrić, ovacionado por todo el estadio, fue manteado por sus compañeros tras jugar su último partido con la camiseta del Real Madrid, cerrando una etapa de 13 años en la que se convirtió en leyenda del club. “Ha llegado el momento que nunca quise que llegara”, dijo conmovido el mediocampista croata.
También fue el último encuentro para Carlo Ancelotti al mando del equipo. El técnico italiano se despidió del banquillo blanco dejando un legado de títulos, estabilidad y liderazgo que será difícil de igualar.
Con este triunfo, el Real Madrid puso el broche final a su campaña y se prepara ahora para encarar nuevos desafíos. La Real Sociedad, por su parte, termina el curso con sabor amargo, alejada de sus objetivos en la tabla, pero con bases sólidas para el futuro.
Una noche de fútbol que, más que por los goles, será recordada por las emociones. Porque hay despedidas que pesan tanto como una final.
